Thursday, July 23, 2009

Aquél profesor...

Esta vez quisiera relatar una experiencia personal donde una cosa trajo la siguiente.

Mi tiempo libre es demasiado reducido ya sea por cuestiones escolares, laborales y muchas veces hasta personales, en demasiadas ocasiones tengo que sacrificar un gran esfuerzo para escribir los post de este su blog, de cualquier manera siempre termino escribiéndolos.

Ahora estoy en mi clase de Teoría General Del proceso, me duele confesar que es la clase más aburrida en lo que llevo de la carrera, y es difícil distinguirlo ya que amo lo que estudio y no sería inevitable que este gusto cegara mi perspectiva de una clase mala.

Ahora lo pienso y me doy cuenta que el profesor es un maldito mediocre, gasta su tiempo en la presunción de su ego, en ratificar que según a su particular punto de vista es uno de los mejores abogados de México, lo triste es ver su mediocridad reflejada en su propia mentira, que si la enfocamos a la Psicología, cualquier estudiante de primer semestre de esta disciplina, deduciría que pasa horas frente al espejo repitiéndose mil veces lo “buen abogado que es”.

Lo peor de todo es la impunidad con la que se pasea dentro de la universidad, peor aún, dentro de la sociedad, sabiendo que se aprovecha de compañeras estudiantes y de su necesidad de buen aprovechamiento escolar, y para esto se rebaja a utilizar la peor y más vil de las armas, el chantaje, para poder suplir el limitado estado en el que se encuentra en cuanto a su mediocre “belleza” física. Como diría Pink Floyd en su álbum The wall “ todos sabemos lo mal que lo trata su gorda esposa en cuanto llega a su casa”

Me mira, con la mirada más nefasta, la más triste, la más vil… me da asco, me siento tan indefenso, lo peor es que el tiene algo que yo no, y que necesito, tiene el poder de no darme de baja en su materia por inasistencias.

¿Qué puede ser peor que este tipo tan repugnante?

Soy yo. He caído en su maldito juego. Acudí a él, me pidió un trabajo hace días, mi nefasta necesidad me hará entregárselo en unos minutos más tarde en cuanto termine la clase.

He observado desde hace días el principio de su chantaje con una compañera, esta aun lado de mi, volteo, me mira y me sonríe, inmediatamente después las conexiones entre mis neuronas arrojan miles de pensamientos atacando mi consciencia, es inevitable en mí… aun así mientras el profesor pasa asistencia no dudo en pararme a entregarle mi trabajo…

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